Hacer plantones de nuestras propias semillas ecológicas

Por Sebastián López

Nuestro huerto ecológico de la Academia Richmond Vale consta de cuatro invernaderos. Uno de ellos se dedica exclusivamente a producir nuestras propias semillas. Ser capaz de producir tus propias semillas es un reto, pero es un punto muy crítico para ser sostenible. No se trata sólo de proporcionar las condiciones perfectas para las plantas, sino también de hacer frente a resultados inesperados. Hace algún tiempo, decidimos tener gallinas en el jardín. El objetivo era recoger huevos para la cocina y utilizar la gallinaza en el compost, ya que es rica en nitrógeno.

Sin embargo, las gallinas consiguen ponernos las cosas difíciles escapándose cada vez que quieren y causando graves daños. Especialmente a las plantas que habíamos destinado a semillas. Pero no nos rendimos. Tras algunas decepciones y muchos intentos, conseguimos obtener nuestras propias semillas de berenjena. Fue muy satisfactorio, teniendo en cuenta que las berenjenas también son muy vulnerables a las plagas. Los conocimientos adquiridos al afrontar los problemas anteriores nos prepararon para estar listos cuando llegara la temporada de berenjenas. Después esperamos a que la berenjena madurara.

Tomamos las semillas, las secamos y las guardamos. Los guardamos en la nevera esperando a ser utilizados, y llegó el momento. Vinieron nuevos alumnos para empezar con su programa de cumplimiento de las normas climáticas, el mismo que yo empecé antes que ellos. Lleno de expectativas como estaba yo cuando llegué. Acudieron al jardín para recibir su primera presentación. Hacer semilleros fue la lección elegida. Mientras avanzaba con la explicación sobre cómo plantar las semillas, pensaba en todo lo que tuvimos que afrontar para tener esas semillas en nuestras manos.

Las clases han ido bien. Siempre es bueno contar con gente nueva, llena de ideas y, lo que es más importante, con ganas de aprender. Pude ver que entre ellos hay algunos entusiastas de la jardinería que serán los que se ocupen del jardín cuando termine mi estancia aquí. El siguiente paso es ver crecer la semilla, plantada en un arriate y proporcionándonos una buena berenjena para la cocina. Por fin puedo decir que me sentí agradecido por poder compartir este momento con ellos. Un momento que espero que puedan repetir con los nuevos alumnos que vengan en el futuro. Cuando sean ellos los encargados de transmitir los conocimientos que empezaron con esta sencilla lección.

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