Experimentos en el huerto ecológico

El huerto ecológico de la RVA se basa en los principios de la permacultura, que considera el huerto como un ecosistema, y aplica un enfoque de sistemas holísticos a la fertilización y el control de plagas.

Las plantas se colocan en un arriate según sus respectivas familias. De este modo, al mezclar familias de plantas, el suelo satisface más fácilmente las necesidades de fertilizantes de las diversas familias de plantas que cuando se cultiva un monocultivo.

Lea aquí sobre la rotación de cultivos.

El suelo del huerto ecológico de RVA es arenoso y, para cultivar verduras, frutas y hierbas ecológicas, es necesario que la capa superior del suelo tenga una estructura que permita la retención de agua y nutrientes, además de proporcionar un hogar fresco y protegido para nuestros importantes microbios. Para ello, hemos experimentado con el enterramiento de materia orgánica gruesa bajo las camas del jardín, así como con la mezcla de madera podrida blanda con estiércol de caballo y biocarbón. A continuación, esta mezcla se aplica a la parte superior de los parterres y se cubre con mantillo.

Con el tiempo, el mantillo se convierte en abono, ya que los microbios del suelo lo transforman en humus. El mantillo y los materiales de compostaje se cultivan dentro y alrededor del huerto en forma de especies de apoyo. Entre ellas se encuentran los árboles y las enredaderas capaces de fijar el nitrógeno de la atmósfera; la materia orgánica procedente de estas especies destaca por su alto contenido en nitrógeno. Por tanto, cuando se podan estas especies, sus esquejes aportan nitrógeno adicional al suelo o al compost, al tiempo que liberan nitrógeno de los nódulos de sus raíces al suelo circundante en beneficio de otras plantas.

La principal fuente de fertilidad del huerto ecológico de RVA es nuestra producción de compost. Se basa en la mezcla de materia orgánica nitrogenada (verde), como los residuos de cocina y el estiércol de caballo, con materia orgánica basada en el carbono (marrón), como material vegetal seco y cartón. Esta combinación proporciona la dieta requerida por los microbios del suelo para descomponer rápidamente la materia orgánica ciclada, lo que da como resultado un compost de alta calidad que proporciona un excelente fertilizante para frutas y verduras hambrientas.

Además de los métodos anteriores de regeneración del suelo, los alumnos de RVA responsables de las zonas ajardinadas experimentan con fertilizantes líquidos, normalmente en forma de té de compost, té de ortiga, té de moringa y el efluente líquido del digestor de biogás. Se aplican como pulverización foliar o en la raíz de la planta.

Un jardín de permacultura es un despliegue de colores, formas y figuras que ofrece una diversidad de familias y especies de plantas, algunas plantadas específicamente para atraer insectos beneficiosos y otras para repeler plagas. Gracias a este diseño, el jardín sufre daños mínimos por las plagas. Cuando se produce un brote, experimentamos con varias soluciones orgánicas de control de plagas, como el uso de neem, ajo, pimiento picante y bacillus thuringus (Bt), que se suelen aplicar en forma de pulverización líquida.

Así se hace el abono de moringa